Bien por coincidencia, azar o casualidad, nos podría recordar al fuel que varios petroleros vertieron sobre sus orillas, a la sombra de la luz del faro, al mineral que enriquecía a uno de sus antiguos dueños, a las semillas de especies invasoras, incluso a las oscuras leyendas que acompañan ciertos naufragios de su historia. Todos ellos lo comparten, y sigue siendo el protagonista. Es el color negro, que hoy colorea también a los últimos caballos que quedan en la salvaje Isla de Sálvora. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada. Nombre* Email* Sitio Web Comentario